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El presidente saliente advierte al entrante que el mayor peligro es un nuevo ataque terrorista sobre suelo de EEUU

Bush aconseja a Obama

Redacción Madrid. 12 de enero.

   El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, advirtió hoy al próximo inquilino de la Casa Blanca que la mayor y más urgente amenaza a la que se enfrentará a partir del próximo 20 de enero es a un nuevo atentado terrorista en suelo estadounidense ya que todavía existen "enemigos" en el extranjero que quieren "perjudicar" al país.

   "La amenaza más urgente que deberán afrontar Barack Obama y los próximos presidentes será tener que lidiar con un atentado contra nuestro territorio. Me gustaría que no fuera así, pero todavía hay enemigos por ahí que quieren perjudicar a Estados Unidos. Y esa será la mayor amenaza", afirmó Bush en su última rueda de prensa en la Casa Blanca antes de entregar el mando la próxima semana.

   Aunque en tono pausado y relajado, el todavía presidente no dudó en volver a recurrir a su mejor discurso belicista --el de después de los atentados terroristas del 11 de septiembre-- para defenderse de las críticas a su Administración por algunos temas polémicos como las torturas en los interrogatorios y advertir a los estadounidenses de que el país todavía corre el riesgo de sufrir un ataque terrorista.

   "¿Recordáis cómo estaban las cosas después del 11 de septiembre? La gente se preguntaba, '¿cómo no lo vieron venir?, ¿cómo no ataron bien los cabos?'. Entonces, empezamos a adoptar algunas medidas para atar bien los cabos, y después la gente empezó a preguntarse, '¿cómo están atando los cabos?'", añadió Bush.

   Por otro lado, volvió a traer a colación a los países del "Eje del Mal" --Irak, Irán y Corea del Norte-- para insistir en que Teherán y Pyongyang siguen representando un peligro, y particularmente lamentó que la comunidad internacional continúe debatiendo sobre el programa nuclear norcoreano. "Corea debe cumplir sus compromisos y permitir un proceso de verificación serio", indicó.

   Respecto a Irak, lamentó una vez más haber dicho cosas "que no debería haber dicho" y reconoció que fue un error proclamar la victoria tan solo un mes después de la invasión. "Había una pancarta con la frase 'misión cumplida' que iba dirigida a los marineros del barco, pero transmitió un mensaje erróneo. Yo no creía que la guerra se había terminado", indicó.

   Por último, el presidente estadounidense se pronunció sobre la violencia en Oriente Próximo para reiterar el derecho de Israel a defenderse de los ataques contra su territorio y para exigir a Hamás que ponga fin al lanzamiento de cohetes, todo ello para alcanzar un alto el fuego que sea sostenible y duradero en el tiempo.

 

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