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Diario YA


 

Como prueba de la pluralidad de su programación

La Zarzuela cierra con "clave de humor" su brillante temporada 2017/18

Luis de Haro Serrano
Tras la tempestad viene la calma. Este viejo y conocido refranillo viene en este momento como anillo al dedo para reflejar el final de los injustos malos momentos vividos en las últimas semanas por todo el personal adscrito al Teatro Nacional de la Zarzuela, que cierra con calma y en forma de vodevil esta más que brillante temporada artística 2017/18 en la que tantos vientos tumultuosos han golpeado las ventanas de esta entrañable y veterana Institución. Lo hecho y dicho, dicho está y, ahora, se impone continuar la marcha, como siempre, con renovada ilusión, según han manifestado abiertamente todos sus componentes.

24 horas mintiendo del maestro Francisco Alonso, ha sido la obra que, con gran criterio, se ha elegido para bajar el telón de la temporada. Una comedia musical en dos actos, con libreto de Francisco Ramos de Castro y Joaquín Gasa, realizada en versión libre por Alfredo Sanzol, estrenada el 12 de junio de 1947 en el Teatro Bretón de los Herreros de Logroño y en el Teatro Albéniz de Madrid el 30 de septiembre del mismo año.

Esta nueva producción de la Zarzuela se desarrollará en 14 funciones que tendrán lugar entre el 29 de junio y el 14 de julio. Una nueva producción, que cuenta con la dirección musical del maestro Carlos Aragón y escénica de Jesús Castejón, que asume también el papel de "Casto".

Esta versión de la Zarzuela cuenta con dos interesantes peculiaridades. La primera es que en el cuadro de protagonistas figuran dos intérpretes procedentes del "Proyecto Zarza" iniciado hace dos años por la Zarzuela; Estíbaliz Martyn y Luis Maesso ( Totó y Fernandito en la obra) y que la revisión musical de Saúl Aguado no implica que se haya retocado o variado, lo más mínimo, según ha aclarado expresamente Carlos Aragón, la música del maestro Alonso.

"24 horas mintiendo", según lo define Jesús Castejón, es un espectáculo múltiple, cómico, taurino musical y con puro aire de vodevil, muy vivo y cambiante, calificado como comedia musical, pero con el tufillo propio de los años cuarenta, muy español, muy castizo, muy lleno de enredos y situaciones equívocas, perfectamente aderezado con la atractiva música del maestro Alonso dotada de una elegante orquestación y flexibilidad adornada con un riquísimo y superatractivo vestuario, que pasa con gran facilidad por todos los estilos, por lo que puede considerarse como una divertida obra sumamente ecléctica dado que lo mismo se escucha un chotis, una rumba o una melodía de revista de los años cuarenta enclavada en quince atractivos números musicales. En definitiva, una versión libre, pero muy real, diseñada de forma ideal para que el espectador pueda disfrutar a rebosar con ella y los diferentes elementos que le dan cuerpo, como un brillante cuerpo de baile dirigido por Cristina Arias.

Como se indica en el programa de mano, "24 horas mintiendo" es una revista o comedia musical española -da igual su calificación- considerado como un espectáculo, repleto de plumas, lentejuelas y sombreros de frutas, muy apto para todos los públicos y donde el disfrute está garantizado. cComo suele ocurrir en este tipo de obras, cuernta con unos atractivos números finales de acto, en los que como suele decirse siempre, "interviene toda la compañía", luciendo sus más emblemáticos oropeles. Difícil destacar a alguien, porque todos, cada uno en su medida, han estado colosolaes, pero puestos a citar es obligada la referencia al polifacético Enrique Viana, Amo Lolo, y, como no, al "Casto, Jesús Castejón, muy bien acompañado por Carlos Aragón y la orquesta titular del Teatro. Y, ahora, ... hasta la próxima temporada.