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Diario YA


 

La prensa española y, en especial la catalana, ignoran solapadamente la verdad sobre los EE.UU.

¿Quién pretendía enterrar vivo al señor Trump?

Miguel Massanet Bosch.

Se habla, en una traducción al español de la comedia francesa Le Menteur, escrita por Corneille en el Siglo XVII, de una escena en la que el mentiroso habla con su criado afirmando haber matado a su rival Alcippe y, en este momento preciso, aparece el presunto finado en escena anunciando su futura boda con Clarice. Es entonces cuando el criado comenta irónicamente:  “los muertos que vos matáis gozan de buena salud.”  Esta socorrida frase, que se ha hecho popular en todo el mundo, viene a cuento si contemplamos el empeño, casi obsesión enfermiza, del rotativo catalán La Vanguardia que, últimamente, distribuye sus esfuerzos editoriales y de todos sus colaboradores entre apoyar el decreciente separatismo catalán, cargar las tintas sobre las presuntas discrepancias dentro del PP y, como no, el atacar sin mesura ni contención al expresidente de los EE.UU, señor Donald Trump.
El corresponsal de este panfleto literario en aquella nación americana debe cobrar por todo lo que se inventa respecto a la sociedad estadounidense y las peregrinas consecuencias de lo que, para él, se derivan de sus análisis respecto al futuro de los demócratas y las pocas posibilidades que, según su criterio, tienen los republicanos del señor Trump de conseguir desbancar a Biden y sus correligionarios, entre ellos a la señora Pelosi, en cuanto se convoquen las próximas elecciones en el país. Claro que, de tanto en tanto, se producen hechos significativos, en momentos claves para la nación americana, que se encargan de poner en cuestión toda esta serie de historias apócrifas que, desde el panfleto catalán se nos vienen trasmitiendo acerca de la política interna de los EE.UU.
Se habían resaltado, hasta la saciedad, las posibilidades de la señora Liz Cheney de desbancar ampliamente a la candidata republicana propuesta por Trump, señora Harriet Hagueman. La apuesta de los periodistas de La Vanguardia no puede haber sido más unánime ni, por lo que hemos podido comprobar, más equivocada. El triunfo aplastante en Wyoming de la señora Hagueman no puede haber sido más indicativo, más revelador y más categórico, respecto a quienes hoy en día, están apoyando al ex presidente y sus apoyos locales. Todo lo que se ha venido diciendo en el periódico de los señores Godó no han sido más que erróneas elucubraciones, interesadas y subjetivas opiniones y, por qué no decirlo, intereses económicos en juego que, por cierto, son los que vienen haciendo posible que La Vanguardia siga publicándose y gozando de privilegios de la publicidad oficial en Cataluña.
Si señor, “los muertos que vos matáis gozan de buena salud” y, en el caso que comentamos, la salud de la candidata pro Trump se demuestra con el logro de un 66´6% de los votos de los electores republicanos frente a, apenas, un 28,9% que han apoyado a la señora Liz Cheney, una de las figuras republicanas, hija del político conservador señor Cheney que, como su padre, se ha convertido en la persona más antitrumpista del partido republicano. Una lección de humildad y realismo político que no deberá olvidar y que la sitúan, por el momento, a gran distancia de la nominación como candidata a la presidencia. El más cercano, y aún así a una gran distancia, está el gobernador de florida y líder del trumpismo, señor Ron DeSantis.
Falta tiempo y nadie está todavía en condiciones de apostar por quién va a salir vencedor de esta pugna tradicional entre demócratas y republicanos, pero lo que sí está claro es que hay una parte muy influyente de la prensa internacional que se posicionó en contra del señor Trump, con más o menos razón, y que está comprometida en evitar, con verdades o mentiras, que este político pudiera volver a presidir la Casa Blanca. Es, evidentemente, cuestión que solo compete al pueblo americano y haríamos muy bien en aceptar que ya tenemos suficientes problemas dentro de España y, ya no digamos en Cataluña, para que algunos intenten dar lecciones de democracia, cuando son ellos los primeros en ignorarla en muchas ocasiones.
Y una referencia a la actualidad política española. Pese a la evidente ofensiva declarada por el PSOE en contra del PP y de su líder actual, el señor Feijoo, parece ser que las distintas encuestas que se van efectuando, respecto a la intención de voto del pueblo español son tozudas, insistentes y muy significativas en cuanto indican una clara tendencia que, en lugar de ir disminuyendo para favorecer a las huestes gubernamentales, lo que se está demostrando es que el pueblo español ya ha captado que, con el gobierno socialista, lo que va a suceder es que, en un tiempo más corto que largo, nos encontremos ante una situación que se presenta a todas luces irreversible. Expresiones tan fuera de lugar, a la par que inexactas, como las proferidas por el socialista señor Morán del calibre de lo que le ha dicho al señor Feijoo: “deje de desobedecer la Constitución y cumpla con la democracia”, no hacen sino meterles en un berenjenal jurídico porque, que sepamos, el TC no ha sancionado al PP por ningún incumplimiento constitucional y ,no obstante, el PSOE ha infringido la Constitución en las dos ocasiones en las que declaró el confinamiento de los ciudadanos, según resoluciones expresas de dicho alto tribunal.
En realidad, la sensación que tenemos de lo que el señor Pedro Sánchez y su equipo están pasando por su indecisión, falta de determinación y una más que notoria preocupación ante una situación a la que se ven incapaces de enfrentarse, con la amenaza inminente de un otoño que, desde todos los puntos de vista puede acabar significa una debacle para quienes se creyeron que con engaños, mentiras, regalos, promesas y descalificaciones del adversario, serían capaces de disimular una realidad que no parece dispuesta a darles cuartel.
Y un toque de atención a todos aquellos organismos estatales que permanecen indiferentes, estáticos y contemplativos, ante una nación en la que el señor Sánchez pide que se cumplan las leyes, mientras en Cataluña sufrimos la vergüenza de estar en manos de un gobierno local que se declara abiertamente en contra de la Constitución y del resto de leyes y sentencias de los tribunales españoles, que ignoran deliberadamente, sin que haya nadie en absoluto que tome la iniciativa para impedir que estos desmanes sigan ocurriendo en un Estado de derecho como, en teoría, debería ser el español.
O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, sentimos que, cada día que pasa, la situación española se va degradando, las autoridades siguen demostrando su incapacidad para enfrentarse a los acontecimientos, y el pueblo en general navegando en un caldo de inquietud que, a la vez, le conduce a un pasotismo que, de mantenerse, puede resultar muy peligroso ante una situación de crisis como la que se nos viene anunciando.

 

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