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Diario YA


 

¿Por qué no un gobierno PNV-PP?

Abel Hernández. 26 de febrero.

Ya sé que aparentemente una coalición PNV-PP es una hipótesis disparatada. De hecho no he visto a nadie que la tenga en cuenta. Sin embargo, yo me atrevo a proponer esta fórmula de gobierno en el País Vasco tras las elecciones del domingo. Sin ocultar los inconvenientes, voy a exponer algunas de las ventajas de la misma.

Los dos partidos son de centro-derecha y tienen un mismo modelo de sociedad. El voto de la burguesía vasca se divide entre peneuvistas y populares. Los dos partidos son constitucionales y, se supone, igual de democráticos. Los dos hunden sus raíces en el humanismo cristiano; de hecho han compartido sitio en la Internacional Demócrata Cristiana. Y los dos se configuran como liberal-conservadores. No parece que fuera difícil establecer las líneas maestras de un programa de gobierno, en lo que interesa de veras a la sociedad vasca: economía, sanidad, educación, desarrollo tecnológico, comunicaciones, etc.

¿Qué impide este pacto histórico? La desconfianza mutua. El cliché creado en uno y otro caso: el PNV es separatista sin más matices; el PP es españolista y casi heredero del franquismo. Los dos clichés, sin matices, son falsos. Es más bien la historia de desavenencias personales y la mala estrategia del PP de negarse a acuerdos con los nacionalistas vascos y catalanes, y a la recíproca, lo que impide hasta ahora esta fructífera colaboración.

¿Por qué el PSOE no tiene escrúpulos en pactar con estos nacionalistas e incluso con otros más radicales como Esquerra o el Bloque y nadie se rasga las vestiduras? ¿Por qué pactó en su día con los nacionalistas vascos y catalanes Adolfo Suárez y, en su primer cuatrienio, José María Aznar (apellido vasco, por cierto)? ¿Pasó algo? ¿Se hundió el mundo? El PP consiguió a renglón seguido mayoría absoluta y ésta se le subió a  la cabeza a Aznar y acabó en batacazo.

¿Ventajas del pacto PNV-PP? A mi juicio, más que inconvenientes. Sacaría al PP de su soledad y lo pondría en trance real de alternativa de Gobierno en España sin necesidad de mayoría absoluta; moderaría al PNV, potenciando el ala autonomista frente a la soberanista. Pondría a Zapatero en un brete y se demostraría enseguida su insolvencia. Se abriría el abanico del juego político. Irían mejor las cosas en el País Vasco y en España en general. Se rompería en el País Vasco de una vez el esquema maldito de nacionalistas contra españolistas (lo que es más discutible con el PSE, donde también anida el nacionalismo vasco, lo mismo que en el PSC, el nacionalismo catalán).

No afirmo que no haya dificultades serias para esta fórmula que propongo. Pero  valdría la pena tenerla en cuenta al menos como hipótesis de trabajo. Si yo fuera Mariano Rajoy, lo haría. Pero creo que a la derecha le falta imaginación y hace tiempo que no utiliza el pensamiento generoso.

 

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