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Diario YA


 

Editorial: "¿A quién vota la derecha?"

El rápido ascenso y la posterior consolidación del “giliprogresismo” en la política y en la sociedad españolas, como fenómeno posterior a la Transición, no tiene muchos secretos. Básicamente, se ha alimentado de dos ingredientes: una estupidez supina, no exenta de ridículo sentimiento de culpa, de la derecha dirigente, y una miopía lamentable, no exenta de analfabetismo puro, de la derecha dirigida. Hoy, superado ya ampliamente el umbral del siglo XXI, esas dos premisas se han multiplicado, y la previsión de sucesivos gobiernos giliprogres, más que una previsión, es toda una certeza.

Hagamos un somero análisis, superficial casi, de lo que está haciendo la cúpula directiva del Partido Popular en este preciso momento, con una crisis económica sin precedentes, con una delincuencia en las calles más que preocupante y con algunas amenazas a la unidad nacional dignas de estudio. Los dos últimos logros de Génova han sido: llevar a juicio a un periodista por haber hecho unas declaraciones en una emisora de radio sobre Aznar y Rajoy, y abrir un expediente disciplinario a Montserrat Nebrera por haber hecho un chiste sobre el tono (que no el acento) de la ministra Álvarez. Una ardua labor de oposición, sin duda.

Tomemos ahora el pulso a eso que se llama “la derecha sociológica”. ¿Qué están haciendo los más de diez millones de personas que votaron en las últimas elecciones generales a Mariano Rajoy? Pues, entre otras cosas, y que sepamos, iniciar un curiosísimo peregrinaje político hacia UpD, el partido de Rosa Díez, que siempre ha sido una señora socialista, con algunas ideas decentes, pero más próxima ideológicamente al PSOE que al PP, aunque sólo sea porque se ha pasado media vida en el partido con sede en Ferraz. Es decir, un partido nacido bajo las faldas del socialismo es la nueva ilusión de los frustrados y alicaídos ex votantes del PP. Hermoso, ¿eh?

 ¿Qué hay enfrente? Pues eso: Pepiño Blanco y Maleni Álvarez. Y no les hace falta más. Con eso, les basta y les sobra. Leyre Pajín, Moratinos, Zerolo y Zapatero. Bueno, claro: y Francino, y Roures, y La Noria. Eso también. Pero en realidad les sobraría con Pepiño y con Maleni, por la sencilla razón de que enfrente no hay nada. Está el vacío. Un PP que se dedica a perseguir a periodistas incómodos y a militantes díscolas, y un electorado cerril que en lugar de preguntarse por qué le ha abandonado su partido se echa en brazos de la izquierda. Una cosa de locos.

Y así está España. Hace meses que venimos manteniendo en este diario que la crisis económica no es lo peor que está ocurriendo aquí. Pero ni remotamente, vamos. Este país está en manos de sus enemigos, con quienes deberían defenderlo echándose una larga siesta (mientras cobran, eso sí), con un pueblo aborregado y a merced de las mentiras de consenso que ha fabricado la izquierda con su habitual maestría para ser la serpiente en el Edén, y con unos autobuses que circulan mientras nos informan de que “probablemente, Dios no existe”. Un bonito panorama.

Jueves, 15 de enero de 2009.

 

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