Felicitamos por anticipado al Partido Popular, que según todos los oráculos de la demoscopia baturra se va a alzar con la mayoría absoluta en las elecciones gallegas del próximo domingo. Todo sea que tengamos que retirar la felicitación el lunes por la mañana..., aunque no creemos, porque ya se sabe que en España las encuestas electorales no se equivocan nunca.

En todo caso, el panorama preelectoral en la tierra de Rosalía de Castro es francamente preocupante. A lo que ya se conoce como "Villa PSOE", la "casita" de Pepiño en la Isla de Arosa que ha terminado siendo un apartamento de lujo que vulnera la Ley de Costas, se suman otros ingredientes curiosos, como las sospechas de fraude electoral en el voto por correo que se está produciendo en Argentina, el despilfarro continuo en el gasto del dinero público de Touriño, o la célebre foto de Ancho Quintana con el constructor Jacinto Rey, empresario que recibió un suculento contrato de la Junta de Galicia, en la que el candidato del BNG es, casualmente, vicepresidente.

Una fotografía periodística que, sobra decirlo, constituye la antítesis de lo que es la democracia. Donde debería haber austeridad, hay despilfarro; donde debería haber transparencia, hay opacidad; donde debería haber fervor en el servicio público, hay nepotismo y corrupción; donde debería haber cumplimiento estricto de la legalidad vigente hay burla de la norma y desahogo en la exhibición de la chulería institucional. Mucho tendrían que cambiar las cosas, pues, para que el resultado de las urnas pudiese corregir tan nefastos vicios y nauseabundas conductas públicas.

Por lo demás, conviene confrontar el discurso habitual de los separatistas que pululan por España (y que engordan gracias a los impuestos que pagamos los españoles), un discurso demagógico lleno de topicazos infumables en los que la palabra "democracia" hiede de tanto ser pronunciada por sus bocas, con el comportamiento que habitualmente exhiben. Si hay gente que odie cumplir la ley, esos son los separatistas, promotores permanentes de la desobediencia cívica, siempre y cuando, claro, no afecte a sus autonomías, es decir, a sus bolsillos.

Así es que, señor Núñez Feijoo, usted que, según parece, va a ser el próximo presidente de la Junta de Galicia si los sondeos no se equivocan (de nuevo), tiene la grave responsabilidad de acabar con toda esta basura cuando llegue al poder. Esperamos que no ponga excusas cuando eso se produzca, que sea igual de escrupuloso y riguroso con los corruptos que ahora, que tenga idéntica preocupación por el ahorro del dinero público, el mismo deseo de servir a los gallegos, la misma lógica preocupación por sacar a esa maravillosa región de la miserable dictadura silenciosa en la que se encuentra gracias a socialistas y separatistas. Tomaremos nota.

Viernes, 27 de febrero de 2009.