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Diario YA


 

Editorial: "Intolerable"

En general, al periodismo le sobra mucha soberbia. Demasiada. Es lo que tiene andar todo el día mirándose el ombligo, o el rostro bello en el río, como Narciso, en vez de preocuparse de contar aquello que de verdad le interesa a la gente. Pero hay ocasiones en las que un silencio puede resultar incluso más vergonzante que una traición. Y en el caso que nos ocupa, este diario digital, que no por ser joven y bisoño deja de tener claras algunas cosas principales, no va a guardar silencio ni a escurrir el bulto.

Lo que ha hecho la revista El Jueves con Federico Jiménez Losantos no tiene nombre. Bueno, sí tiene nombre, pero es tan feo que preferimos no escribirlo. Simplemente, y como decíamos ayer en el titular de la información que pusimos en portada, es algo inaceptable. No se puede aceptar porque es ajeno al ejercicio del periodismo, es decir, eso no es periodismo; nos negamos a aceptar que esa basura tenga algo que ver con la noble tarea de alimentar la opinión pública con un trabajo digno, serio y responsable.

Si El Jueves cree que no puede tener sus cuentas saneadas sin montar este tipo de circos (primero con los Príncipes de Asturias, ahora con esto), lo mejor que puede hacer es vender sus instalaciones y poner una pizzería. Y no es que queramos que desaparezca ni ese ni ningún medio de comunicación; pero cuando uno llega a la conclusión de que tiene que hacer ese tipo de mezquindades, ruindades y atrocidades para conseguir lectores, lo que no quiere es ver la realidad: que nadie le necesita, y por lo tanto, no hace falta. En cambio, las pizzerías son muy agradecidas por el ciudadano.

El Jueves, que durante algún tiempo fue una revista sagaz en la que trabajaba gente de algún talento (mal encauzado, pero talento al fin), hoy es un panfleto grotesco sin la menor gracia, tan chabacano que casi hay que leerlo con guantes de látex y en un estilo de redacción que resulta excesivo siempre, cargante, pesadísimo. Y claro, cuando el talento se acaba hay que echar mano de lo que sea, y lo más fácil y rápido es ese tipo de “productos” (hay que llamarlos de alguna forma). Nada que ver, insistimos, con el periodismo, que debe ser siempre una actividad de la que uno pueda sentirse orgulloso.

Discrepamos en muchas cosas con Jiménez Losantos, pero en este caso es igual que si estuviéramos de acuerdo en todo. No hay derecho a reírse de una persona que ha sufrido en carne propia el azote del terrorismo, es intolerable. Nos parece muy acertada su decisión de acudir a los tribunales, si bien es cierto que la Justicia española (siempre obtusa y lenta) no pasa por sus mejores momentos. En todo caso, conste nuestra posición, que sólo podría ser ésta siendo, como somos, un diario católico.

Viernes, 16 de enero de 2009.

 

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