Las últimas declaraciones públicas de Pachi López demuestran que ha tardado relativamente poco tiempo en darse cuenta de que no era necesario nombrar consejeros del PP para que el partido de Rajoy apoyase su investidura como lendakari. El candidato socialista parece tener muy claro que quiere ser presidente de Vascongadas, que no va a ceder el gobierno vasco al PNV, y que tiene medio perfilado un ejecutivo de socialistas e independientes que, aunque estén en minoría, vayan aprobando las leyes con apoyos puntuales del PP y de UPD.

López, que está haciendo lecturas muy inteligentes del resultado de los comicios regionales, sabe que Basagoiti apoyará su investidura, porque para ambos lo principal es sacar a Ibarreche del poder. El PP no gana nada retirando su apoyo al PSOE, pero en cambio puede ganar mucho si, con el paso de los meses, consigue convencer a López de que lo más rentable, en términos políticos, para socialistas y populares es hacer un frente antinacionalista. Y en términos de higiene democrática, lo normal es tener acorralado al mundo separatista, sea del signo que sea.

Nosotros, sin embargo, creemos que López se equivoca al negar al PP algunas consejerías de su inminente gobierno vasco. En primer lugar, porque supone un signo de desconfianza en quienes, en definitiva, le van a permitir estar en el poder. En segundo lugar, porque aunque a él le parezca lo contrario, sería muy saludable y beneficioso para los ciudadanos de Vascongadas el hecho de tener en el ejecutivo de Vitoria a miembros de dos partidos que, a nivel nacional, tienen posiciones opuestas. Es una circunstancia que obliga a hablar, a dialogar y a entenderse, lo cual ahuyenta posturas extremistas y autoritarias.

Si el PSE muestra la suficiente altura de miras, logrará asimilar la importancia histórica que ha tenido su reciernte triunfo en las urnas. Los españoles que viven en Vascongadas han lanzado un mensaje claro, inequívoco: echen ustedes del poder a los separatistas. Fuera Ibarreche. No más aislamiento, no más cerrazón, basta de reforzar fronteras en vez de derribarlas. López debería comprender que es a él a quien le toca ahora marcar el rumbo de aquella región española, pero sin prepotencia ni soberbia; al revés. Con verdadero sentido democrático y buscando solamente el bien de sus conciudadanos.

También es de resaltar su deseo, recientemente expresado, de arrinconar a ETA y su mundo, de poner fin, por ejemplo, al llamado "muro de la vergüenza" de Mondragón, es decir, de ir, poco a poco, desbaratando ese universo proetarra y antiespañol que ha aflorado y se ha hecho fuerte gracias a la comprensión y la permisividad del PNV. Son muchos los retos, y aunque los primeros pasos de López no van por el mal camino, estaremos atentos a sus movimientos en el futuro. Porque a este diario digital lo único que le importa es que Vascongadas siga siendo un pulmón de España, y que sus ciudadanos vuelvan a ser, como antaño, completamente libres.

Lunes, 9 de marzo de 2009.