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El "Catecismo" progresista

Pilar Muñoz.. 3 de diciembre.

El concepto de Catecismo comprende el texto en el que se presenta una exposición orgánica y sintética de los contenidos esenciales y fundamentales de la doctrina católica, tanto sobre la fe como sobre la moral, a la luz del Concilio Vaticano II y del conjunto de la Tradición de la Iglesia. Sus fuentes principales son la Sagrada Escritura, Los Santos Padres, La Liturgia y el Magisterio de la Iglesia. Otro concepto es “la acción y efecto de catequizar”. La última acepción es “el lugar y sesión donde se enseñan las doctrinas de la religión”.

El nuevo diseño de culto y de referencia comportamental está diseñado por los padres políticos, empresarios desaprensivos y personajes de segunda fila social, pero entronizados como iconos o modelos del papel cuché y telebasuras diversas. Todos se afanan por converger en un mensaje que con la frecuencia oportuna y con el consabido castigo, de exclusión, al que no lo cumpla, van consiguiendo “fieles” para su manual de vida. Hablamos de mensaje en singular, porque de un diseño premeditado se trata, gestado y acunado a lo largo de una ideología individualista y progresista. Si pujasen varios protocolos éticos y morales no entrarían en categoría de catequesis, sino de opciones vitales, dónde la libertad e individualidad les dan su razón de existencia.

El Catecismo Católico balizaba la espiritualidad, moralidad y ética de los cristianos a partir de un corpus organizado de preguntas y respuestas. Tenían una secuencia y semántica ligeras, sencillas y fáciles de interiorizar. El nuevo estatus ideológico sigue el mismo tipo de divulgación de sus tesis, pero con una salvedad, el dominio absoluto de medios de comunicación y la expansión antes inimaginable de estas vías de penetración. En el Catecismo Católico se exponían las consecuencias del fallo, error o pecado. La principal consecuencia era la falta de estabilidad personal, la pérdida de sentido vital y la degradación personal. La consecuencia del error y fallo en el no cumplimiento de la doctrina progre es muy temido por aquellos sujetos con peor preparación educativa o cultural; la marginación social, el insulto y la vejación pública.

Ofrecemos algunos principios de esta nueva doctrina que cuenta cada vez con más seguidores y adoradores. Muchos son explícitos, siendo los más fáciles de detectar y por lo tanto, de salvaguardarse ante ellos. Los más tienen un carácter implícito, trabajando en planos más inconscientes y pulsionales, imantando sin remedio a los sectores más debilitados en capacidades reflexivas y asociativas: niños y jóvenes. Advertimos desde el paradigma comportamental que ningún mensaje diseñado y articulado es neutro, siempre genera una conducta vectorial; positiva o negativa en dirección al mensaje capturado. Los gurús del sistema han comprobado empíricamente que su mensaje mueve conductas positivas masivas. Por lo tanto, la doctrina progresista se refuerza, se mantiene y avanza.

No existe Dios, existen multitud de dioses, en los cuales el hombre pone su corazón: poder, saber, dinero, sexo, objetos.

La Trascendencia es cuestionada o distorsionada: desde el nihilismo hasta una reencarnación esperpéntica y estrafalaria.

La Muerte es negada en concepto y en ritual. Se aleja del hombre, porque así le permite vivir sin control y con un temor intenso a su finitud, aferrándose en asideros pasajeros que lo vacían aún más de su propio sentido vital.

Lo superficial prima frente a lo profundo, no se persigue la verdad. La curiosidad ha invadido al sujeto, restándolo del verdadero interés que le permite construirse y enculturizarse. Una noticia de televisión es un desfile de moda, frente a un congreso de educación.

Las dimensiones pulsionales se adentran en las rendijas del comportamiento humano, generando conductas impulsivas de índole libidinoso: sexual o tanatológico: destrucción y muerte.

El lenguaje se reinventa al servicio de la manipulación y el control de las masas. Se vomitan palabras vacías de contenido, pero envueltas en miríadas de imágenes que capturan antes y mejor la atención de la población. Los líderes manejan perversamente el lenguaje, mientras un importante sector poblacional se va enlenteciendo y arcaizando en sus expresiones.

Las dimensiones solidarias, altruistas y generosas son cuestionadas, sutilmente, según que propósitos: son buenas las relativas a sus propias organizaciones (ONGS), mientras son ignoradas o criticadas las propias a sujetos creyentes y practicantes (Misioneros).

El individualismo y el egocentrismo es potenciado “in extremis”, porque se garantiza un mayor consumismo y una voracidad de poseer más y mejor que el otro. Se considera un atraso, una involución y una incultura el posar los ojos en los semejantes, en medir los comportamientos de autosatisfacción como mecanismo preventivo y saludable de crecimiento personal.

La evolución está impregnada de desafíos contra la propia naturaleza y esencia del hombre. Se idolatra cualquier teoría que contravenga lo establecido, que arruine y ridiculice fórmulas que durante siglos han funcionado y generado felicidad al individuo: Manipulación e ingeniería genética, alteraciones del medio ambiente.

La estética ha basculado desde las formas equilibradas, armónicas y de diferenciación de sexos o situaciones, hasta un estilismo negroide, laxo, indiferenciado y provocativo. Pantalones “cagados” de los jóvenes o escotes vertiginosos.

Ideales y metas poco realistas, donde el esfuerzo y la rutina son evitados y rechazados. Se pretende la fama, la belleza, el poder, el dinero y la salud permanentes y con control por parte del sujeto.

La acción de catequizar se da por doquier en los programas de todas las televisiones, a cargo de maestros de ceremonias con perfil e imagen semejantes: altivos, soberbios, parlanchines y egóticos en su proceder y estar. También emanan mensajes las películas de toda índole: acción, románticas, comedia. A cargo de actores y actrices de dudosa catadura moral, pero de una proyección social inusitada: actos políticos, entregas de premios, conferencias, exposiciones. Cualquier momento es idóneo para seguir adiestrando a la gran masa de individuos despersonalizados.

Queridos lectores, les animo a reflexionar sobre esta doctrina nociva para nuestras neuronas y emociones. Si han llegado a una conclusión sana e higiénica hagan apostasía del progresismo, porque es el camino seguro para la caverna.  

 

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